Maisanta y Chávez: fronteras espacio-temporales

Todo imaginario, o representación de la realidad con imágenes, contiene e impone límites, fronteras. Por eso es necesario considerar hasta qué punto los imaginarios sobrepasan el peso de las fronteras y se enlazan con la realidad. Sea imagen de un país, una cultura o una red de emociones. En las imágenes como en las fronteras se potencian y frenan los ires y venires de la historia. Se condensa lo cultural. La cultura es también producto de la tensión social entre la identificación de límites y la invención de límites. De esta manera nos acercamos a la figura de Pedro Pérez Delgado “Maisanta”, bisabuelo de Hugo Chávez presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Éste último trata de rebasar la frontera espacio-temporal que lo separa del personaje en un afán de rescate y como símbolo de su revolución y del proceso bolivariano. Entre los espacios semióticos o semiósferas en cuestión, Chávez por un lado y Maisanta por el otro, existe un espacio de constante intercambio, es la llamada “frontera”, lugar no-físico, abstracto en el cual ocurren fenómenos muy particulares, además de que está formado por textos y lenguajes necesarios para el diálogo.